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Estampillas
CUERPO DE BOMBEROS DE VALPARAISO
 
 
1°.- EDUARDO FARLEY:
 
El 13 de noviembre de 1858, se produjo uno de los incendios más grandes que se recuerdan en Valparaíso; el que se inició cerca de las 10 A.M. en la calle del Cabo (Esmeralda) comenzando el fuego en la chimenea del Club de la Unión, ubicado junto al pasaje Waddington y propagándose rápidamente por las tiendas vecinas y en la imprenta de El Diario. Un fuerte viento hizo que las llamas envolvieran las casas de ambos lados de la calle, avanzando hacia la Plaza del orden (Aníbal Pinto). Los bomberos y muchos vecinos, ayudados por marineros franceses del buque de guerra "Constantine", lucharon para detener el incendio mayor, pero los materiales eran escasos. El fuego continuó hasta la segunda cuadra de la calle San Juan de dios (Condell), cortando la comunicación entre el Puerto y El Almendral, por varios días, a causa de los montones de escombros.
 
Entre los intentos para cortar el fuego que estaba haciendo presa de la fábrica de muebles "Americana", situada entre la calle del cabo y la Plaza del orden, estuvo el del Teniente Tercero Eduardo Farley, un británico de la Primera Compañía de Hachas, Ganchos y Escaleras; quien sufrió una caída desde considerable altura con un violento golpe al cráneo y a la columna vertebral que lo dejaron moribundo.
 
Con su fallecimiento, dos días después, quedaba una numerosa familia sin su progenitor; aunque la ciudadanía porteña no lo ha olvidado desde la ceremonia de su cortejo y sepultación hasta darle su nombre a la Plazuela El Descanso como, además, colocar una Placa Recordatoria cerca del lugar de su accidente en calle Esmeralda.
 
Su memoria la conserva la Décima Compañía que tiene su nombre y, asimismo, como fue el primer Bombero Mártir de la ciudad y del país, el Directorio General del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso estableció el día 13 de noviembre, de cada año, se debe rendir un solemne homenaje, con una Misa y una Ceremonia, a los Mártires y Voluntarios fallecidos, frente al Monumento al Bombero. 

2° al 4°.- ALEJANDRO BLACKWOOD, EDUARDO RODRIGUEZ Y GUILLERMO LAWRENCE: 

El 24 de febrero de 1869, la Primera Compañía de Bomberos tuvo tres mártires en el incendio de la calle Aduana (Prat), esquina del Almendro (Urriola).
 
Este siniestro se declaró a las 2 de la madrugada y a las 6 hrs. al caer una gruesa muralla de adobes, durante la remoción de escombros, aparecieron aplastados los mártires nombrados.
 
Los voluntarios Blackwood y Rodríguez fallecieron en el lugar del incendio; mientras que el voluntario Lawrence falleció a las 9.30 hrs. asistido por el sacerdote don Mariano Casanova.
 
Una placa de bronce colocada en el primer piso del Banco de Crédito e Inversiones, en la calle Urriola entre Prat y Cochrane, recuerda el sacrificio de sus vidas.
 
5°.- VICENTE FORNO:
 
En la calle del castillo, del cerro Cordillera, cayó fulminado por un violento ataque, mientras cumplía con su deber, este voluntario de la 6a. Compañía, el 25 de septiembre de 1881. El caso fue que, declarado un incendio, se ordenó a la Compañía subir el cerro con parte de su material; por eso, fue necesario enviar el gallo cargado de pesadas mangueras, esfuerzo que ocasionó la muerte del esforzado bombero.
 
6°.- ALFREDO BILBAO:
 
El 3 de mayo de 1894, la Bomba "España" se cubrió de luto al fallecer un joven integrante de sus filas durante un incendio que consumió, en la mañana, el edificio Aldunate ubicado en la calle Esmeralda, contiguo al cerro y casi al llegar a la plaza Aníbal Pinto.
 
Alfredo Bilbao cumplía con su deber en el tercer piso de esa construcción cuando el derrumbe de una muralla lo arrojó de una altura de 10 mts. sobre los escombros ardientes, muriendo instantáneamente.
 
7°.- JOSE ALFREDO BARRIOS:
 
A este joven voluntario de la 1a. Compañía se le encomendó, en la noche del 15 de junio de 1895, marchar delante del carro de su Compañía debido a la niebla, mientras regresaba de un incendio ocurrido en la calle Rodríguez.
 
Lamentablemente, el voluntario no advirtió la abertura de un cauce en el sendero que existía en la antigua explanada o malecón sin ninguna iluminación; por eso, cayó dentro desde una altura de 4 mts. Herido de gravedad, falleció el día 20 de junio, en medio de la consternación de los suyos.
 
8°.- RAMON CORDERO:
 
Era voluntario de la 9a. Compañía y fue uno de los primeros en acudir al incendio declarado el 19 de abril de 1906, en la propiedad que entonces existía en al calle O'Higgins donde, actualmente, está la casa comercial DIN.
 
Como el feroz enemigo se extendiera en dirección a la calle Condell, se dio orden de avanzar a los voluntarios que lo combatían, entre los que estaba este Sargento 1° quien no lacanzó a notar la caída, sobre él, de un derrumbe que lo calcinó.
 
Una Placa de Bronce recuerda su muerte en Acto de Servicio sobre el mismo lugar donde ofrendó su vida a la ciudad de Valparaíso.
 
9° y 10°.- RAFAEL DEVES Y ALBERTO VAN BUREN:
 
El 30 de enero de 1907 inscribieron sus nombres en el Libro de los Mártires del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso el Teniente 2° Rafael Deves Casanueva y el voluntario Alberto Van Buren Vallejo, ambos de la Tercera Compañía.
 
Ese día se realizó un ejercicio combinado entre la Octava y la Tercera Compañías: Se probaba una nueva Escala Telescópica, llegando a tener un resultado de fatales consecuencias.
 
El caso fue que se dio orden de subir por la escala alzada a 21 mts., siendo escogidos los bomberos nombrados para la maniobra, ubicándose Van Buren, maniobrando con el pitón en el extremo de la escala y, algo más atrás, Devés. Mas, repentinamente, la escala se ladeó hasta caerse con esos mártires sobre un muro quedando muy graves con los golpes. Fueron infructuosos los auxilios, muriendo pronto ambos.
 
11°.- VICTOR MANUEL PAIVA SALAS:
 
Entre sus mártires, el Cuerpo de Bomberos cuenta con este Cuartelero de la 4a. Compañía quien, mientras empuñaba el volante del que fuera el querido carro portamangueras marca "Hudson", de esa Compañía, murió el 1° de enero de 1920 al ir a prestar sus servicios en un incendio declarado en la calle Bustamante.
 
Paiva, al tratar de evitar una maniobra imprudente de un conductor de tranvía, desvió la máquina con tal mala suerte que fue a estrellarse contra un poste del alumbrado público en calle Blanco casi al llegar a Melgarejo.
 
12°.- JULIO ACUÑA:
 
Este voluntario de la 8a. Compañía halló trágica muerte en la noche del 13 de julio de 1922. Ese día, luego de haberse efectuado una Academia Teórica en el Cuartel, el personal salió, al mando del Capitán Félix López, rumbo a Playa Ancha avanzando por la subida Taqueadero en el carro portaescalas. Al intentar dar la vuelta para emprender el regreso, se notó que el motor fallaba el que fue pronto arreglado; pero, cuando bajaba el carro portaescalas, se notó que tomaba velocidad, lanzándose algunos voluntarios antes que fuera a chocar contra una pared metros más abajo. A consecuencia de la colisión quedaron varios heridos y un muerto, el voluntario Julio Acuña.
 
En el lugar del accidente, la 8a. Compañía colocó una placa que recuerda a este mártir porteño.
 
13°.- JULIO ENRIQUE FENNER HEITMANN:
 
Este Teniente 3° de la 2a. Compañía falleció el 8 de julio de 1931 como consecuencia de haber quedado gravemente herido en el incendio ocurrido el 15 de junio en la Avda. Los Placeres frente al monumento de Diego Portales, producto del derrumbe de un balcón.
 
14° y 15°.- BERNARDO RAMOS CASTRO Y HECTOR CALVO JOFRE:
 
La 10a. Compañía perdió el 13 de diciembre de 1948 al Teniente 3° Bernardo Ramos Castro y al Ayudante Héctor Calvo Jofré, como consecuencia del incendio de Avda. Pedro Montt 2023, a las 0.50 hrs.
 
La 10a. Compañía armó su material por calle Rodríguez y en la Avda. Pedro Montt mientras los dos voluntarios señalados subieron al techo de la bodega de Balfour, Lyon y Cía.; pero como el techo era de pizarreño, ambos cayeron al interior sobre rumas de fierro produciéndoles fracturas, que les causaron la muerte en la madrugada.
 
Su Compañía ha colocado un aplaca de bronce en el lugar del sacrificio de esos mártires del Cuerpo de Bomberos.
 
16° a 52°.- LOS MARTIRES DEL 1° DE ENERO DE 1953:
 
 Noche del 31 de diciembre, noche de Año Nuevo. Ultima noche de diciembre, fragante primavera, resonante de alegría contagiosa, de sana alegría que se desborda en cantos, en risas, en música, en frases cariñosas, amables. Todo invita al festejo; es la noche de los buenos augurios, en que se abren los corazones ansiosos de sinceridad, para brindar anhelos de mejor suerte al hombre en su destino. La ciudad está de fiesta. Luces de bengala, petardos, cohetes, fuegos de artificio multicolores, trompetas, chicharras, sirenas, todo se une en un grandioso concierto de luces, que llegan a su máximo de intensidad en el instante mismo en que se termina el año y da comienzo a la hora cero.
 
¡FELIZ AÑO NUEVO! Es la frase mil veces repetida al infinito.
 
Ahora las sirenas no son las mismas de antes; ahora son las que indican un siniestro, llamando a los voluntarios bomberos al cumplimiento del deber que ellos mismos se han impuesto.
 
Eran las 2:10 de la madrugada. se quemaban los castillos de madera de la barraca Schulze de Avda. Brasil 2069, que comenzaban a arder tal vez debido a la caída de alguno de los millares de fuego de artificio con que aquella noche fue recibido el año, que a pocas horas iba a pasar a la historia como fecha de tristeza para los porteños. Las llamas tomaron en corto tiempo gran incremento y cuando se creía dominado el incendio, el fuego que había avanzado hacia el interior de la barraca permitió la inflamación de materiales depositados en los patios y bodegas del departamento de caminos, que tenía almacén a los pies de la barraca y con entrada por calle Blanco 2064. Ahí, a espaldas de las autoridades habían sido depositadas varias toneladas de dinamita, 20 cajones de pólvora, tambores de petróleo, parafina y bencina.
 
La presencia de los explosivos no fue advertida en ningún momento, razón por la cual esta falta de conciencia y negligencia criminal de los cuidadores del depósito engañó a los Jefes bomberiles quienes no tomaron las precauciones debidas ante el peligro ignorado, entre gándose de lleno los Bomberos porteños de las diversas Compañías a circunscribir la acción del voraz incendio.
 
Por tal razón al quemarse la pólvora y hacer explosión la dinamita allí depositada, se produjo la gran catástrofe que está aún fresca en la mente de los voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso.
 
Eran las 03:04 horas del primero de enero de 1953, cuando ocurrió la tragedia que sumió en el dolor a centenares de familias de la ciudad al perecer en ella alrededor de 50 personas y quedar heridas numerosas otras cuyo número fue calculado en aproximadamente 350, de las cuales varias eran de suma gravedad.
 
Treinta y seis mártires del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso duermen definitivamente en el umbral de la eternidad. Voluntarios del ideal, de la abnegación y el desinterés, los que murieron en esa madrugada.
 
Y arriba, más allá de las nubes, por encima de todo, y más allá de la nada, las sirenas de la gloria pusieron en actitud de alerta a los mártires que partieron antes, para recibir con el silencio majestuoso de la muerte la llegada de esa nueva legión.
 
Fue amarga y triste la partida repentina en la madrugada del nuevo año: para la esposa que recibió el beso precipitado de un "¡Hasta luego!" que se hizo eterno; para el hijo que sintió fugazmente la mano paterna en la cabecita dormida, como un aleteo de cariño y amor; para la madre anciana que escuchó el rápido alejamiento de esos pasos que corrían hacia la noche sin aurora.
 
Incinerados sus cuerpos, carbonizadas sus ropas de labor, desdibujadas sus facciones por el zarpazo ardiente del enemigo tradicional, han hecho florecer en los labios calcinados una sonrisa de orgulloso desdén para enfrentarse con el más allá.
 
Murieron físicamente como bravos; cayeron en su ley, abatieron sus envolturas materiales proclamando el ideal que desbordó sus existencias.
 
Ahora descansan.
 
Habían cumplido una labor titánica al mando del Segundo Comandante del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso José Serey Sagredo quien en su calidad de tal dirigía las faenas bomberiles por el lado de calle Blanco. Su nombre encabeza la lista de los Mártires que sucumbieron en la más horrenda tragedia que recuerda la Institución, que fueron por Compañías, los siguientes:
 
De la Sexta Compañía:
 
GUIDO MALFATTI P.
PABLO SCORZA R.
HUMBERTO GAGGERO C.
 
De la Séptima Compañía:
 
RUFINO RODRIGO R.
 
De la Octava Compañía:
 
JOSE SERY SAGREDO (2° Comandante del Cuerpo)
GUILLERMO BALBONTIN S.
LAUTARO BARRIENTOS B.
LEANDRO ESCUDERO C.
JOAQUIN FUENZALIDA G.
ALBINO GOMEZ O.
JOSE PEREIRA S.
JORGE ROBLES A.
CARLOS SILVA V.
JORGE THIBAUT S.
GALVARINO VERA M.
HERNAN VIEJO L.
RUBEN ZAMORANO B.
LUIS FUSTER G.
CARLOS SILVA C.
LUIS GARCIA P.
 
De la Décima Compañía:
 
RENE CARMONA CORVALAN (Teniente Primero)
JUAN CONTRERAS FERNANDEZ (Teniente Segundo)
JAIME ROJAS ROJAS
CARLOS FIGUEROA PINILLA
CARLOS LOPEZ GONZALEZ
JULIO GALLEGHER MAUREIRA
JORGE RUBIO RAMIREZ
LUIS PINTO GOMEZ
JORGE CANDIA PEREZ
GUSTAVO COVARRUBIAS DIAZ
 
De la Undécima Compañía:
 
ALONSO AGUERO PEREZ
FERNANDO AGUILO MUÑOZ
EDWIN GLAVES ESPEJO
ROBERT GLAVES ESPEJO
HUGH HONEYMANN HILLS
ROBERTO LAYERA P.
 
Pereció también, junto a los voluntarios de la sexta Compañía, el Ayudante de Cuartelero, FRANCISCO CISTERNAS YAÑEZ.
 
En esta trágica jornada de la madrugada del año nuevo de 1953, el Mayor de Carabineros don Raúl Albornoz Echiburú, quien era jefe de la ronda y como tal estaba actuando en el siniestro, recibió grandes quemaduras siendo internado en el Hospital Carlos Van Buren donde se le mantuvo con vida hasta que fue llevado a estados Unidos, país en que falleció en el Hospital Walter Reed, siendo traídos a Chile sus restos mortales y recibiendo los Honores del Cuerpo de Carabineros y del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, cuyo nombre fue inscrito en la columna de los mártires de la institución en el monumento a los Bomberos porteños en la Avenida Brasil.
 
S.E. el Presidente de la República, Excmo. Señor Carlos Ibañez del campo arribó al puerto de Valparaíso quien se impuso, en el terreno mismo, de la magnitud de la tragedia.
 
Acudió también acompañado del Alcalde de Viña del Mar, señor Wladimir Hüber y del Director del Hospital Carlos Van Buren, Doctor Raúl Palma, a ese establecimiento para visitar a los heridos de la catástrofe ya que allí quedó la mayoría de ellos.
 
Concurrieron a los funerales el Presidente de la República y sus Ministros de Obras Públicas, de Hacienda, Interior, Educación y Justicia.
 
A nombre del Gobierno, que decretó duelo nacional por tres días, el Ministro del Interior, Señor Guillermo del Pedregal, despidió los restos.
 
Tanto la 8a. como la 10a. Compañía colocaron una placa, como homenaje respectivamente, en la calle Blanco con Avda. Brasil, a fin de recordar a la ciudadanía el sacrificio de estos 36 voluntarios que dan honor al Cuerpo de Bomberos y gloria a sus Compañías.
 
53°.- ERNESTO BALBONTIN M.:
 
El 15 de julio de 1954 falleció este voluntario de la 8a. Compañía a raíz de un ataque cardíaco causado por sus esfuerzos cuando concurría a un incendio declarado en el pasaje Gálvez del Cerro Concepción.
 
54°.- ORLANDO TORO DONOSO:
 
A las 6.12 hrs. del martes 21 de diciembre de 1955, se declaró un incendio en la Avda. Costanera hacia el cual se dirigió este voluntario de la 4a. Compañía, en su motocicleta. Debido a que el pavimento de la calle Prat se encontraba mojado a esa hora, la moto patinó y este voluntario nada pudo hacer para evitar estrellarse contra un poste casi frente a la Dirección General del Personal de la Armada.
 
La violencia del Choque le produjo una fractura en el cráneo lo que motivó su deceso pocos momentos después, cuando llegaba a la Asistencia Pública siendo las 6.20 hrs.
 
55° y 56°.- ANIBAL CRUZAT Y MANUEL URRA RIVEROS
 
Un terrible accidente, que conmovió a Valparaíso, se produjo al medio día del viernes 23 de enero de 1959 al chocar dos carros bombas de la 3a. y de la 5a. Compañías, en circunstancias que se dirigían al lugar de un siniestro en el Cerro Larrían.
 
El carro de la 5a. Compañía al enfrentar la Avda. Pedro Montt, conducido por el cuartelero Carlos Valdés, se encontró con el costado derecho de la calzada bloqueado por una camioneta estacionada en doble fila, en uno de los costados de la Plaza O'Higgins; además de la obstrucción del vehículo había un montón de arena extraída de un cause abierto de la Avenida Uruguay. Esto obligó al cuartelero a manejar por el lado izquierdo, al costado del teatro Velarde, haciendo señales con la mano para que se detuviera un trolebús.
 
En ese mismo instante, el carro de la 3a. Compañía se dirigía por Pedro Montt en dirección a la Avda. Argentina, teniendo su conductor la visibilidad obstruida a causa del mismo trolebús en marcha. Por tal situación, se encontró repentinamente con el carro de la 5a. Compañía al que chocó en la parte trasera, ya que cruzaba éste la calle.
 
Mientras el carro de la 5a. giraba y se estrellaba con el trolebús; el carro de la 3a., destrozada su cabina, se disparó hacia su frente quedando atrapados y malheridos el cuartelero Manuel Urra Riveros junto al Teniente 1° Anibal Cruzat matta, ambos de la Tercera Compañía. El Ofiical falleció al llegar a la Asistencia Pública y el Cuartelero, después de agonizar todo aquel fin de semana, también se presentaba al Creador con la categoría del Mártir que había ofrecido la vida por sus semejantes.
 
57°.- GUSTAVO YAÑEZ BAIZA:
 
Un incendio se había declarado pasadas las 23 hrs. del 29 de abril de 1960 y cuando, abnegadamente, este voluntario concurría hacia el Cuartel de la 11a. Compañía a ponerse el uniforme para acudir al incendio declarado en la mueblería "Peña", de calle Retamo N°714, fue atropellado por un taxi con un violento impacto que lo lanzó contra la muralla de su cuartel, en calle Blanco Encalada frente a la Plazuela del mismo nombre.
 
Internado el voluntario Yáñez en el Hospital Traumatológico, sufrió la amputación de la pierna izquierda a la altura del muslo; a pesar de los esfuerzos de los médico, se produjo su deceso a las 7.00 hrs. del 8 de mayo de dicho año: Sus seres queridos perdían a un familiar y a un amigo; la Indécima Compañía agregaba su séptimo voluntario a su nómina de mártires.
 
58°.- FRANCISCO HERRARA O.:
 
El 28 de septiembre de 1962, se produjo un incendio en la calle Santa Rita N°32 del Cerro Yungay.
 
En circunstancias que el carro-bomba de la 7a. Compañía se dirigía hacia el lugar del siniestro, por Avenida Francia, se encontró con el carro-bomba de la 4a. Compañía en la esquina de Avenida Colón con Francia, produciéndose un choque entre ambos carros. Tal accidente dio lugar a que el voluntario honorario de la 4a. Compañía Francisco Herrera O. saltara despedido violentamente del carro de su Compañía, azotando la cabeza contra el pavimento.
 
Trasladado a la Asistencia Pública, se le diagnosticó un traumatismo encéfalo craneano y el día 4 de octubre, ante la consternación de su familia, de los amigos y de su compañía, fallecía en el Hospital "Carlos Van Buren".
 
59° y 60°.- IVAN LUKSIC RODRIGUEZ Y ALEJANDRO LARA CORDOVA:
 
Pasadas las 13 hrs. del 6 de enero de 1965, se declaró un incendio forestal en la Población "El Progreso" del Cerro Los Placeres, en el que los Tenientes 1°, 2° y 3°. Raúl Salinas Aguirre, Alberto Hola e Iván Luksic Rodríguez, respectivamente, y los voluntarios Alejandro Lara Córdova y Richard Cordero, sufrieron quemaduras de gravedad debido a un cambio brusco del viento que lanzó las llamas en su contra.
 
Ante la magnitud de sus quemaduras, se dispuso de inmediato traslado a la Asistencia Pública siendo internados en el pensionado "Carlos Van Buren". Lamentablemente el día 8 falleció el Voluntario Alejandro Lara Córdova y, dos días después, el Teniente Iván Luksic Rodriguez, a pesar de las solícitas atenciones médicas prodigadas.
 
61° y 62°.- CARLOS ESCOBAR GUTIERREZ Y JAIME ARAYA JASME:
 
Con rapidez el carro-bomba "Mack", de la 4a. Compañía, se dirigía al incendio declarado, casi a las 6 de la madrugada del 22 de febrero de 1969, por la subida Baquedano hasta la esquina de la calle Cinco del Cerro Monjas. Su maquinista Carlos Escobar no pudo imaginar que un trolebús, al transitar fuera de recorrido por la calle Victoria, iba a aparecer repentinamente impactándolo en la esquina de Avenida Francia, con tal fuerza que dejó a los dos vehículos destruidos.
 
Organizado el rescate, el voluntario Jaime Araya jasme fue encontrado muerto bajo las ruedas del bus; mientras, el maquinista Carlos Escobar Gutiérrez era enviado, con graves lesiones en su cabeza y múltiples fracturas, a la Asistencia Pública siendo internado en el Servicio de Neurocirugía del Hospital "Carlos Van Buren"; más, no se logró su recuperación, muriendo el 23 de febrero de 1969.
 
63° y 64°.- BENJAMIN VICUÑA JOUI Y PHILLIP REED SPENCER:
 
En un Llamado de Comandancia, ocurrido el 5 de febrero de 1971 en la parcela del Servicio Nacional de salud de Quebrada Verde, éste Teniente 3° de la 10a. Compañía perdió su vida al intentar rescatar a una persona asfixiada, que se encontraba trabajando en un pozo de captación de agua de 28 mts. de profundidad.
 
A las 13.45 hrs. de ese día, también  asfixiado era rescatado del pozo, junto con la máscara que había empleado para poder salvar al trabajador, siendo atendido por personal de la Asistencia Pública; pero ya era tarde por lo que el destino afectaba, una vez más, a la 10a. Compañía.
 
También a este llamado acudió el voluntario de la 11a. Compañía Phillip Reed Spencer quien al colaborar en el rescate de un cadáver dentro del pozo, con gas trotil no detectado, sufrió la muerte por asfixia cuando la profundidad y lo estrecho del conducto atentaron contra su escape.  
 
65°.- HECTOR CARVAJAL CARVAJAL:
 
Este voluntario de la 9a. Compañía cumplía con sus labores de Técnico Electricista el día 30 de octubre de 1975 cuando revisaba las líneas aéreas de la Sirena de Alarma a la altura de la Avenida Playa Ancha con Quebrada Verde. Lamentablemente, alrededor de las 18 horas, recibió una descarga eléctrica que lo convirtió en un nuevo mártir de la institución porteña de los Bomberos Voluntarios.
 
El destino quiso que su entrega a esta causa heroica fuera el mismo día de su cumpleaños: Hasta la sublimidad de olvidarse de sí mismo lleva al voluntario a entregar la vida por sus conciudadanos.
 
66°.- CHRISTIAN MODROW VALDEBENITO:
 
Informaba "El Mercurio de Valparaíso" que a las 18.30 hrs. del 16 de agosto de 1989, se producía un voraz incendio en la Avenida Uruguay, entre Pedro Montt y la calle Chacabuco. El siniestro fue producto de la inflamación de una cocina industrial que destruyó el establecimiento "Plato Listo" y el Supermercado "Santa Isabel".
 
Hasta allá llegó el Oficial Ayudante de la 5a. compañía, "Pompe France", el joven de 24 años Christian Modrow, quien prontamente empezó a trabajar en el armado de tiras de agua para atacar el fuego desde el segundo piso; pero, lamentablemente cedió el techo cayendo desde una altura de 12 metros, golpeándose su cabeza contra una máquina en el primer piso; lo que le produjo la muerte.
 
 
Nota: Extraído del libro "Historia del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso", julio de 1998.

67°.- GUILLERMO ANTONIO GOLDSWORTHY GODOY:
 
Voluntario de la Primera Compañía, fallecido el 3 de junio de 2002 producto de un infarto cardíaco, lo que podría ser consecuencia del arduo trabajo y congoja que vivió en las faenas de rescate realizadas con motivo de los temporales que azotaron a gran parte del país.
 
68°.- GABRIEL ANTONIO LARA ESPINOZA:
 
Voluntario de la Cuarta Compañía, fallecido el 20 de enero de 2008 producto de las graves quemaduras ocasionadas por el fuego, en el incendio del cerro La Cruz del día 14 de enero.
 
Cuando se dio la alarma de incendio, de la comandancia salió una unidad tripulada por Gabriel Lara Espinoza y tres voluntarios más. Una vez en el  sitio del siniestro, los voluntarios armaron en el lugar, donde Gabriel fue el primer pitonero y los otros estaban a cargo de desplegar las tiras. De un  momento a otro el viento se incrementa y hace efecto chimenea, provocando que el fuego cruzara de una quebrada a otra, a donde se encontraban los voluntarios mencionados. Todos los bomberos alcanzan a subir para escapar de las llamas, pero Gabriel, que estaba 80 metros más abajo, siguió las indicaciones de una señora –la cual resultó con el 95 por ciento de su cuerpo quemado, falleciendo posteriormente - quien le señaló un pasaje como corte de camino, el cual no era tal. A la mujer la lograron sacar, pero Gabriel retrocedió y quedó atrapado en el fuego.