CUERPO DE BOMBEROS DE LOS ANDES
ANDRES AMESTICA HERRERA, 1a COMPAÑIA, +25/11/1987
CARLOS ROMBADO LOPEZ, 1a COMPAÑIA, +25/11/1987
GUILLERMO MUÑOZ ROJAS, 1a COMPAÑIA, +25/11/1987
El día 25 de Noviembre del año 1987, Bomberos voluntarios que conformaban el Grupo de Especialidades de la Primera Compañía del Cuerpo de Bomberos de Los Andes, desde tempranas horas realizaban labores de rastreo y búsqueda de una persona, por la rivera del Rio Aconcagua, la desesperada solicitud que la familia hiciera a las autoridades, motivo que los jóvenes integrantes de esa unidad concurrieran en un importante numero al llamado de los oficiales.
La Primera Compañía había asumido la responsabilidad de efectuar labores de rescate de personas, preparándose para esto, en diferentes técnicas para cumplir su objetivo, de esta forma, el grupo se dirigió al sector Las Vizcachas.
GUILLERMO MUÑOZ ROJAS, ANDRES AMESTICA HERRERA, CARLOS ROMBADO LOPEZ, LUIS MARDONES MARDONES, MARCOS FERNANDEZ CORTES Y GREGORIO DIAZ FLORES, fueron los cinco valerosos bomberos que junto a su instructor de canotaje, surcaron las torrentosas aguas en una completa búsqueda en el lecho y rivera por el sector Puntilla del Viento, lugar inaccesible desde la carretera internacional.
El infortunio quiso que la balsa sufriese un accidente, al chocar con una roca y despedir por los aires a sus ocupantes, dos de ellos, Luís Mardones y Marcos Fernández, lograron ayudándose mutuamente, alcanzar la orilla y esperar la ayuda de lugareños, sujetándose de las ramas de un sauce.
Sin embargo el Aconcagua cobro la vida de cuatro valientes, cuatro jóvenes andinos cuyo espíritu de servicio al prójimo, forjado en varios de ellos desde la mas temprana edad en la brigada infantil de la primera Compañía, los llevo a elevar sus almas hacia el altísimo con el mas sublime martirio, el de aquellos que se entregan sirviendo a los demás….
GREGORIO LUCIANO DIAZ FLORES, había nacido en la ciudad de los andes, el día 06 de Enero del año 1953, contaba con 34 años de edad, de su matrimonio con Elsa Carvallo Porras ya habían nacido dos hijos, Arnaldo Gregorio y Alejandro Ricardo.
Hombre tranquilo, deportista por excelencia, combinaba sus actividades deportivas entre las cuales su pasión era el canotaje, actividad en la cual ya había destacado en varias oportunidades al obtener medallas a nivel nacional e internacional, con sus labores en la planta Cormecánica, en la que desempeñaba labores de metrología.
La formación del grupo de especialidades, lo motivo a participar del curso de técnicas de evacuación y rescate de montaña invernal y estival que dicto el ejército de Chile al personal de la Primera Compañía, grupo en el cual pudo concretar sus anhelos de solidaridad, al transformarse en su instructor canotaje, participando codo a codo con la institución e instando a los jóvenes a participar de la actividad deportiva en forma competitiva, así como de fines de semana en alegres partidos de pelota, o competencias en la piscina de la compañía.
Su espíritu de preocupación, su abnegación y sentido de responsabilidad con los jóvenes que atentamente seguían sus instrucciones en practicas, competencias y labores de rescate, le llevo a participar aquel día en el rastreo de una persona extraviada en las aguas del rio aconcagua, aguas en las que entrego su alma al supremo hacedor, junto a sus niños como regularmente solía llamar a los jóvenes integrantes del grupo.
GUILLERMO ALFREDO MUÑOZ ROJAS, contaba con 28 años de edad, nacido en la ciudad de Los Andes, se encontraba casado con Maria Jacqueline Porcio Vergara y fruto de su matrimonio tenían dos hijos Gonzalo y Ricardo.
Bombero, primerino enseñado en la vieja escuela, había ingresado a la compañía en Diciembre del año 1982, cuando contaba con 23 años de edad, pasando su formación como bombero entre hombres ilustres para la compañía y el Cuerpo de Bomberos de Los Andes, de quienes adquirió su espíritu de sacrificio, de trabajo unido, de tesón y por sobre todo de orgullo por pertenecer a la familia primerina.
Sin embargo el espíritu bromista y revoltoso caracterizaba a quien sus compañeros llamaban cariñosamente Chile Wylli, quien continuamente cooperaba en labores de reparaciones del cuartel , actividades que compatibilizaba con su trabajo en faenas mineras.
Durante su permanencia en la compañía se desempeño en los cargos de secretario en el año 1983, ayudante en el año 1986.
En esa calidad se presenta al curso de técnicas de evacuación y rescate en montaña invernal y estival, que lo califica como integrante del Grupo de especialidades de la Primera Compañía.
Así, cual hermano mayor, que esta atento a los mas jóvenes, surca las aguas del Rio Aconcagua ese 25 de Noviembre, cumpliendo a cabalidad su juramento de entregar su vida si fuese necesario cumpliendo con el deber y al servicio del prójimo.
ANDRES ANTONIO AMESTICA HERRERA, era un joven de tan solo 19 años, había nacido el 08 de Marzo de 1968, sus padres doña Hilda Herrera Carvajal y don Víctor Amestica, conforman su familia junto a su hermano Víctor Amestica Herrera.
Desde muy pequeño había manifestado su intención de ingresar a Bomberos, cumpliendo su anhelo a los 10 años de edad cuando se incorpora a la Brigada Infantil Rafael Zelaya de la Primera Compañía.
Como todo joven, impetuoso, desordenado y revoltoso, pero a la vez siempre atento a los trabajos que se desarrollaban en la compañía, como la preparación de la temporada de piscina, periodos en los cuales pasaba horas y días enteros al interior del cuartel, del cual solo se alejaba para desarrollar sus estudios.
Entre sus proyectos mas próximos estaba dedicarse a la actividad de disjokey en fiestas particulares junto a algunos de sus compañeros de compañía, con los cuales se dedicaba los fines de semana a la práctica del futbol.
Andrés abrazo su vocación ingresando a la brigada infantil el 17 de Septiembre del año 1983, pasando a formar parte de la compañía en calidad de bombero voluntario en el año 1986.
En el año 1987 Andrés fue designado en el cargo de ayudante del Instructor de brigada, sin embargo ya mayor parte del registro fotográfico de la compañía lo refleja en numerosas formaciones del Cuerpo, orgullosamente en su posición de escolta del porta estandarte, dada su contextura gruesa, su estatura y su ceño serio, parco pero interiormente atento a las ordenes de quienes intentaban controlar su impetuosidad.
Andrés también se destaco en el curso de técnicas de rescate y evacuación de montaña invernal y estival que dicto el Ejército de Chile a los componentes del grupo de especialidades, recibiendo felicitaciones por su excelente participación en la búsqueda de una persona perdida en el lago Rapel.
Así, lleno de vida, ímpetu, y empapado en los valores de servicio que hizo suyo del ejemplo de su compañeros de más edad y antigüedad en la compañía, entrego su joven vida en el cumplimiento del deber.
CARLOS ALBERTO ROMBADO LOPEZ, un niño regalón, de apenas 19 años, era el menor del grupo, había nacido el 27 de Julio del año 1968, sus padres doña Marta López y don Enrique Rombado Gaete, formaba parte de la familia junto a sus hermanos mayores Rene y Fabiola.
Su ideal de convertirse en bombero era semilla germinada de la vocación propia de su propio padre y de su primo Eduardo, quienes formaban parte de la Primera Compañía, a la cual ingresa teniendo apenas 8 años, esforzándose para captar las enseñanzas de sus instructores.
Bombero activo, desordenado y bullicioso, siempre planeando diabluras o algún partido de pelotas con sus compañeros de la primera o la segunda compañía. Empeñoso al emprender las tareas de preparación de la temporada de piscina, contrastaba visiblemente su enorme hiperactividad y inquieto espíritu, con su contextura de niño delgadito, siempre con sus lentes puesto, su pelo liso sobre la frente cual papelucho, y su mirada vivaz, siempre planeando alguna diablura.
En 1987 se integra al Grupo de Especialidades y aprueba el curso de rescate y evacuación de montaña invernal y estival que dictado por el Ejército de Chile.
El 25 de Noviembre junto a sus compañeros, Carlos entrego su vida cumpliendo con su deber, siguiendo a sus compañeros y hermanos mayores, cada uno de ellos fue y es un dolor que no se olvida en quienes llevan profundamente el sentimiento de ser bomberos y mas aun, ser primerinos, sin embargo, Carlos para mucho tiene un significado aun mas especial, cual niño travieso, cual chico que gusta de llamar la atención, hizo que los mayores esfuerzos de todos quienes integraban el Cuerpo de Bomberos de Los Andes, muchos de los Cuerpos de Bomberos vecinos, familiares, lugareños, personal de Carabineros y Ejército, le buscases durante dos días, en los cuales la atención se centro en aquel muchacho desgarbado de lentes.
Hoy a casi 21 años de aquella tragedia que enluta no solo a una compañía de bomberos, sino que al Cuerpo de Bomberos de Los Andes, a todos los Bomberos de Chile, que suman en sus filas 281 valientes que han entregado sus vidas en el cumplimiento del deber, a lo largo de todo el pais, 281 heroes que han sido parte de la comunidad a la que sirvieron y que son quienes al igual que nuestros 4 muchachos son el ejemplo que cada nuevo bombero que ingresa a la institución ve en su ejemplo, una forma de vida y de entrega como lo hizo una vez Jesús en la cruz, por amor al projimo…