Anoche murió un bombero
PRIMER PREMIO- III NIVEL (3°-4° MEDIO)
Danilo Poblete Arévalo
Hualqui (VIII Región)
“I Concurso Nacional Escolar de Pintura y Cuentos, Bomberos de Chile". 1998
"Anoche murió un Bombero
lo fueron a enterrar,
le echaron poca tierra
y volvió a resucitar".
Aún suena en mis oídos la melodía y letra con que mi madre me hacía dormir, en las frías noches de invierno.
Más tarde, cuando fui adolescente, me tocó presenciar el funeral de un Bombero, pregunté a mi padre, ¿por qué lo entierran de noche? y me contestó: son los honores póstumos que le hace su Institución, puesto que seguramente cayó en el cumplimiento de su deber que voluntariamente se impuso. Papá ¿qué es un Bombero? Bombero, hijo mío, es el individuo que voluntariamente se impuso un deber, ya sea salvando vidas o los bienes materiales de otras personas, sin esperar más recompensa que la satisfacción del deber cumplido.
Esto hizo que prendiera en mí el deseo de servir a mis semejantes a través de Bomberos. Esta inquietud me hizo acercarme al Cuerpo de Bomberos de mi localidad, donde acudí a averiguar cuáles eran los requisitos para ser integrante de los Caballeros del Fuego, como dice mi papá.
En realidad eran bastantes exigentes: tener buenas notas si era estudiante, buena conducta, tener vocación de Bombero, poder solventar el uniforme de Parada y tener 18 años de edad cumplidos.
Bueno a esperar, puesto que tan sólo tenía 17 años, pero un año pasa volando me dije.
En mi localidad existe un Cuerpo de Bomberos compuesto por una 1a. Compañía de Agua y Salvataje y una 2a. Compañía en formación en Quilocoya.
Y llegó el ansiado día, así fue, de pronto me vi participando de Academias, Ejercicios, Clases Teóricas y desfilando. Pronto llegó mi bautismo de fuego, una noche sonó la Paila, como cariñosamente se le dice a la Sirena de Alarma, y de inmediato acudí al llamado. Al cruzar una calle, de improviso un auto a toda velocidad me impactó, caí al suelo, pronto llegó una Unidad de rescate que me llevó apresuradamente a la Posta más cercana; a mi alrededor escuchaba voces de lamentos y el médico de turno diagnosticó muerte por contusiones múltiples. Oh, qué desilusión, tanto que me había preparado para ser Voluntario, pero ahí estaba yo, tendido en una camilla, sintiendo todo a mi alrededor, pensando que había entregado tan poco a mis semejantes.
En mi interior razonaba, sólo estoy dormido, ya despertaré en cualquier instante.
Llegó el día de mis funerales, tal como fue aquel que vi cuando niño; mientras llegaba el cortejo hasta mi última morada, me acordé de los versos que me cantaba mi madre y me aferré a esa esperanza:
"Anoche murió un Bombero
lo fueron a enterrar,
le echaron poca tierra
y volvió a resucitar".