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Estampillas
APOLOGÍA AL FUEGO 
 

Asoman llamaradas en el alma
siniestro aterrador, fuego y angustia;
ahí donde aparece viva hoguera,
ahí estás tú, bombero en tu jornada.-
Pira destructora esparce al viento,
la llamarada en la campana o la sirena
prenden en holocausto los hogares
y sigue y sigue el resplandor del fuego.
 
II
Eres la lumbre que arde en aposentos
cuando en tranquila reunión te llevan.
Iluminas los cielos en tormenta,
cuando estalla el relámpago en el trueno.
En el Santuario arrobador del alma
viva la llama del amor se esconde
y es rayo y pasión iluminada
en la ardorosa vida donde asoma.
 
III
Sin luz sin resplandor, todo es de sombras;
todo muerte y oscuro desaliento;
prende el fuego su quemante lumbre
y rompe el sol en el azul del cielo.
Primitivos destellos centellearon
al abrir su horizonte al ser humano,
fuiste chispa de luz que dio a su vida
nueva revelación de lo creado.
 
IV
Donde no estás tú, fuego sagrado;
en la mirada del fulgor de ese Cristo
y en la aureola de su Madre Inmaculada,
en la sublime majestad de su alma.
En la plegaria con ardor, confianza,
en la fe, saturada de silencio;
ahí la llama abraza dando vida,
a los seres que buscan un consuelo.
 
V
En la música asoma la danza
del fuego, que a Falla le inspiraras
y surgen los contornos en la rítmica
constelación suprema de su arte.
En el fuego que ofrecían las vestales
altar divino, elevado a Cristo
entre el humo subiendo en espirales
danzaban a compás de sacro ritmo.
 
VI
Y Dante que paseaba,
con su Beatriz por el quemante Imperio
del Infierno, que diera a su gran obra
la inspiración magnífica de un sueño.
Y aparece radiante sobre el mundo
la "Divina Comedia" que en su canto
abre surcos de luz en el camino
del inmortal espíritu del genio.
 
VII
La antorcha que ilumina al deporte
desde remotos tiempos que romanos
surgían, en sus carros de victoria,
custodia fiel de musculares brazos.
Y alzando la llama de la historia
surgen en el deporte fuerzas de héroes
que triunfando en la lid los más grandes
llevan en lo alto la antorcha del esfuerzo.
 
VIII
Aquí, en mi pensamiento rompe el fuego
abrazador, de inspiración divina;
y resplandores surgen en mi mente
las imágenes bellas, escogidas.
Así te canto, llama de la vida.
Así te canto, irradiación del ensueño.
Así te abrazo, Diosa Iluminada,
en el sentir poético del verso.
 
 
Autora:  Amelia Escuti Orrego de Urmeneta