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Estampillas
VIEJO ROMANCE
Lluvia , fuego, mar y viento,
eso es lo que ha sido el Puerto.
Está la ciudad dormida,
murió la voz del comercio.
Es la Perla del pacífico
que se ha metido en su lecho.
Dicen, desde muy antiguo:
cuentos, de cuentos viejos
que pelean duramente
las olas contra los cerros.
La media luna de playa
que le permite su cerco
rejunta en un pedacito
lo mejor del mar y el cielo.
Caben en ese terruño,
de pocas varas o metros,
las mujeres más hermosas
y los marinos más fieros.
Lluvia, fuego, mar y viento,
eso es lo que ha sido el Puerto.
La Salamandra irreducta,
con emponzoñoso celo,
lanza su zarpa traidora
contra el indefenso pueblo.
Un puñal se lo han clavado
en el corazón del Puerto.
Sangre por ambos costados.
Cuarenta lenguas de fuego ...
Lágrimas de las mozas
murieron en ojos secos ...
Ay quien tuviera más lágrimas
para apagar el incendio.
Lluvia, fuego, mar y viento,
eso es lo que ha sido el Puerto.
Ciento o doscientos muchachos,
alma y corazón chilenos,
que han mirado siempre al mar,
mar de ilusiones inmenso.
Sacan desde sus entrañas
una idea, un credo nuevo;
"Duerma la ciudad tranquila,
dominareis el fuego".
Rugen, chillan, saltan, aúllan
las llamas de mil incendios.
En la Perla del pacífico:
"Hay un Cuerpo de Bomberos".
El corazón de la América,
al romperse en este ejemplo,
a los hombres porteños
de rojo les tiñó el pecho ...
Lluvia, fuego, mar y viento,
eso es lo que ha sido el Puerto.
Autor: Eduardo A. Budge Alcalde
