“EL BOMBERO”
Se alza la llama siniestra,
¡Incendio! cien voces claman,
silva el pito y ronca vibra
la aterradora campana.
Sobresaltada y confusa
la ciudad se agita en masa,
¡Listo! que vuelen las bombas,
que al cielo suben las llamas ...
Medio vestido el bombero
deja atrás calles y plazas,
¡con tal ligereza corre
que sus pies parecen alas!
Y se armonizan las lenguas
y se confunden las razas:
-¡Avanti! -¡All right! -¡A la course!
-¡Ligero, que el tiempo pasa! ...
-¡Después de un sueño tan dulce
una jornada tan larga! ...
-¡Alto! ¡que aquí está el peligro!
-¡Armad la bomba! -¡Agua! -¡Agua! ...
Y se añaden las mangueras,
y rechina la palanca,
y el intrépido bombero
ágil trepa las escalas.
-¡Montez! ¡Montez! -¡Más arriba!
-¡Derribad esa muralla!
-¡Adelante, Zapadores!
-¡Bien, Pitoneros! -¡Más agua! ...
Y cae el agua a torrentes
y no descansan las hachas:
-¡mirad que el piso se hunde!
-¡Eso no importa! -¡Agua! -¡Agua! ...
Y corren los salvadores,
y sobre sus hombros sacan
mujeres despavoridas
y niños por entre llamas.
-¡Y cunde el incendio... y cunde...
¡Y ya las fuerzas no bastan!
-¡Mentira! ¡Mientras hay fuego
ningún bombero se cansa!...
Y destila su cotona;
falta el aire a su garganta;
¡y siempre firme en su puesto,
pues la corneta no calla!...