Estampillas

(Colaboración del Sr. Agustín Gutiérrez Valdivieso, Voluntario Honorario
de la Quinta Compañía del Cuerpo de Bomberos de  Santiago)

El 21 de abril de 1923 llegó a la Quinta Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago la bomba “MAN”, la cual entró en servicio el 15 de mayo. Dado que la bomba era color rojo causó gran revuelo en la Quinta.

Entre los detractores del color rojo de la Man estaba Luis Sota Alvarez, voluntario de la Quinta, apodado “El Capellán” porque cuando hablaba en las sesiones se ponía un gran escapulario con el retrato de cuatro fundadores que él denominaba “los santos de mi devoción”. Luis Sota (Sotita para los amigos) acostumbraba a reunir en su casa invariablemente los días martes (los martes de Sotita) a sus íntimos amigos en una tertulia amena y agradable. Dando a conocer su parecer escribió al Comandante Santiago García Huidobro, que también era Quintino, las “décimas” que a continuación se señalan, las cuales tuvieron la respuesta del Comandante, quien para no ser menos también lo hizo en décimas. (Es una transcripción textual, con la ortografía de la época).


Nota: Esteban, a quien se hace alusión, era hermano del Comandante.



“DECIMAS” A MI COMANDANTE A PROPOSITO DEL PROYECTO DE UNIFORMAR EL COLOR DEL MATERIAL DEL CUERPO.


El “metro” ha sido elegido en homenaje a José Hoyos de la Vega, “grande i buen amigo” de la Quinta.


Santiago, 10 de mayo de 1923
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Señor
Don Santiago García Huidobro
Presente

Mi querido Comandante:
por haber estado enfermo
-pues que no como ni duermo-
no le dirijí al instante
una protesta vibrante,
propia de Quintito fiel.
Al pasar por el Cuartel
yo vi una bomba pintada
del color de llamarada,
que me enrojeció la piel.

Pensé que sería un sueño
lo que tenía a mi vista
i quise seguir la pista
con mui decidido empeño
-que no es asunto pequeño-
para saber la verdad
de lo que hai en realidad
en este bullado asunto,
que va llegando a su punto
áljido de actualidad.

Supe que en Directorio,
cuyo estracto de sesión
vi hace poco en La Nación
i ante crecido auditorio,
se trató el tema irrisorio
del color del material,
i fue sentir jeneral
de que por sendas razones,
salvo escasas opiniones,
la reforma cayó mal.

Supe que la Compañía
tomando a pecho la cosa,
tuvo sesión borrascosa
como el caso requería;
esto demuestra que hoy día
mantiene su tradición
i la firme decisión
de nunca “arriar” su bandera
resistiendo a la Primera
su embestida de “espolón”.

Supe que la Comandancia
en notable conferencia,
hizo ver la conveniencia
de no dar gran importancia
a la cuestión que es mui rancia.
Con nobles fines cristianos
pidió la paz entre hermanos
suprimiendo las barreras
i juntando las banderas
estrechándose las manos.

Hasta que llegue el momento
de uniformar el vestuario
i el bombero voluntario
vuelva a su casa contento
dando “tres Hurras” al viento.
Así mui fácil sería
trocar en Comisaría
de bombero asalariado
el Cuartel abandonado
convertido en tumba fría.

Próxima la Compañía
a celebrar Bodas de Oro
es ya cuestión de decoro
-que no otro móvil la guía-
desbaratar la osadía
de algunos buenos señores
que no quieren los colores
que son la Gloria Quintina
del “Trabajo i Disciplina”
de los nobles Fundadores.

Un voluntario estranjero
que solo tiene el afán
de su “sistema alemán”
ha revuelto el gallinero,
i como es gran tesonero
i esclavo de lo uniforme
propio es que no se conforme
si todos no andan iguales
cual súbditos imperiales,
cuya cachaza es enorme.

¿Por qué esta inquina al color
que siempre fuera tan noble?
color que nunca fue doble,
símbolo de paz i amor,
¿por qué inspira tanto horror?
A esplicarme yo no atino
semejante desatino,
fenomenal desacierto;
a quien lucha en campo abierto
¿por qué se cruza el camino?

“Verde” la rama de oliva
que paloma mensajera
a Noé llevó lijera
al Arca, anuncio de arriba,
que de salvación no priva.
“Verdes” las palmas también
que al paso del Redentor
se batieron en su honor
cuando entró en Jerusalem
llevando la Luz del Bien.

“Glaucos” son esos ojos
del “Quintino Comandante”
que siempre fue tolerante
i a quien todos sus enojos
los dieron los “Niños Rojos”.
¿Cómo es posible que ahora,
cuando se acerca la hora
del Cincuenta Aniversario,
se manifieste contrario
al color que el alma adora?

I como último argumento,
de esos que todo lo prueban,
le incluyo carta de Esteban.
Tan precioso documento
le convencerá al momento;
léalo Ud. sin tardanza;
lo escribió con “tinta Verde”,
color que nunca se pierde
porque es de “Amor i Bonanza”
i en la Quinta es de “Esperanza”.

Lo saluda cariñosamente i queda como siempre a sus órdenes mui afmo. amigo y compañero.

LUIS SOTA ALVAREZ

“REVOLTIJO” a MI PONDERADO “CAPELLAN” contestando sus hermosas “DECIMAS” contra el color uniforme de las bombas.

Con cuanto brío i afecto
escribe mi amigo Sota
en el momento en que brota
la cuestión de simple efecto,
llamada sin propiedad
destructora de tradición,
siendo que es solo cuestión
de alguna uniformidad.

Cierto que es grave mi apuro
queriéndole yo contestarle,
aunque razones que darle
las tengo de lo maduro.
¿Es acaso empeño vano
que, por otra parte, el metro,
como fementido cetro,
coja la insegura mano
para agraciar al galeno
y querido compañero
su misiva de versero
y el consejo de hermano?

“Verde el color del que espera
y yo vivo de esperanza,
verde el color de los campos
que son amor y bonanza”.
¿Y verde también ha de ser
la máquina que el bombero
maneja sin compasión
y así verde ha de vender?

Si es verde la esperanza
es la visión atrevida,
que la Quinta tan querida
sea solamente esperanza,
y que al no ser de ese color
la luciente maquinita,
a los Quintinos les quita
el entusiasmo i valor …

Dicen algunos Quintinos
que el verdoso es tradición
del injenio de moción
que los pone cristalinos.
Cuando la verde calé
ese injenio era rojizo
y dos años manejé
la del pistón más rollizo.

Después fue verde de antojo
y a nadie causó enojo
que los niños con arrojo
se dieran este remojo,
por razón del uniforme
que no se encontraban conforme
la diferencia enorme
del rojo disconforme.

No es así una tradición
el verde de nuestro injenio,
y no da muestra de Genio
hacer tal afirmación.
Es camino recorrido
presentando luz i ejemplo;
es la ruta conocida
seguida sin turbación.

Son los hechos jenerosos
de los ancianos amados,
son los actos ponderados
de jóvenes valerosos;
es la historia continuada
por aquellos hasta estos;
por cierto no son los restos
de las cosas anticuadas.

¿Qué es la bandera entonces
de pueblos i sociedades
que exalta las cualidades
que inmortaliza el bronce?
¿Y no es un color cualquiera
de los pueblos i sociedades
enseña de propiedades
guía de saña fiera?

El chileno siguió primero
al amarillo del vil metal,
al albo blanco de su cendal
y al rojo sangre del guerrero.
¿Por acaso este matrero
no ama su bandera verde,
que es seguro nunca pierde
como constante bombero?

¿Y porqué tanto dislate
de verde i de tradición
mientras el progreso abate
toda preocupación?
Por progreso no hay caballos
y hay bombas de automóvil,
a pesar de los desmayos
de los jinetes más gallos;
a pesar de los amores
de los hípicos cantares.

¿Y la honrosa tradición
de los Ridell i el Chiclán,
aquel Ridell bondadoso
que comía como jente
las calduas como el pan?
¿Y el Chiclán asaz nervioso
que bien sabía la lección?
El noble i último Pinpón
murió triste en el potrero
porque el auto corredero
le quitó la ocupación …

Y las bombas achicadas
por numérica lejión,
perdieron la situación
cuando fueron manejadas
por dos hombres solamente
las de enérgico vapor,
sin el humano dolor …
por dos hombres solamente …

El caballo i el achique
en silencio partieron
y su tradición dejaron
sin barullo ni palique.
Y el vapor también partió
porque era el caballo lerdo,
demoroso como un cerdo,
comía piedras como agua
y cual pitador fumaba
el humo negro que ahogaba.

Y partieron los cuarteleros:
el viejo insigne Santana,
y Cisterna el chapucero,
cuya tradición no espanta
que se vaya tan lijero,
a pesar de ser personas
de señalado servicio;
porque en progreso no es vicio
los cambios i la mudanza,
cuando a principio obedece
benéfico de conjunto,
que toda atención merece.

Y la ARTURO PRAT querida
que tres veces colorada,
como jitana donosa,
por primera vez pedida
y por segunda vez confirmada,
y por tercera es forzoso
ver que significa nada;
que cuando vino la cuarta
no fuera ya colorada,
y menos si no se aparta
del recuerdo desgraciado
con toda gracia llevado
a la villa de Llai-Llai,
donde los bomberos no hay
si no los que llevaron rabo
porque tienen autoclavo.

¿Qué importa que desde ahora
sea rojo nuevamente
el color que reluciente
siempre lleva esa señora,
o señorita, tan conciente
de sus dueños orgullosa,
si ayuda a nuestros empeños
siempre buena i obediente?

¿Qué importa que sea verde,
que importa que sea roja,
si siempre al fuego se arroja
y el cariño no pierde
de su mente querendona,
que antes con verde guerrera
y ahora con la chaqueta
le ama sobre manera?

¿Y acaso el CINCO luciente
gordito y enderesado,
chato más no corcobado,
no es el alma ciertamente
para la quintina jente,
que todos siempre han amado
como enseña prepotente?

¿En qué quedamos entonces?
Es el verde que se pierde
o es el CINCO con ahínco
lo que amamos?

El bombero acuartelado
profesional en el arte,
pone todo de su parte
para tener prestigiado
su rol de asalariado,
y quitar al voluntario
de fantástico vestuario,
con frecuencia mal llevado,
material avigarrado
y aspecto mui dramático,
cuando corre apresurado
tras el fuego desalado.

Y cuando llegue el momento
de igualar hasta el vestuario,
el bombero voluntario
irá a su casa contento
dando tres “Hurras” al viento.
Así, más fácil sería
evitar comisaría
de bombero asalariado,
con cuartel acomodado
a la técnica más fría.

Mi querido CAPELLAN,
no tema el color rojizo
del injenio propulsor;
tema al techo pajizo
que pronto nos da gotera,
así, de cualquier manera,
sin pensarlo el pensador.

Mi querido CAPELLAN,
me encuentro fatigado
de quintino comandante,
y ya ve como trabajo
a altas horas de la noche,
cuando me sacan versos
tan buenos i resalados
contra “la paz entre hermanos,
suprimiendo las barreras,
y juntando las banderas
estrechándonos las manos”.

Lo saluda cariñosamente
y queda siempre a sus órdenes
su amigo compañero
que todavía es bombero
y …….. Comandante.


Firmado
Santiago García Huidobro


Espero con anhelo
las dos cartas de Esteban,
que, si todo lo prueban,
me queda la esperanza
del amor y la mudanza.

Santiago, Mayo 15 de 1923


NOTA: La Quinta Compañía decidió finalmente pintar verde la bomba "MAN" , trabajo que se concluyó el 31 de agosto de 1923. Al poco tiempo, la bomba comenzó a tener una serie de fallas y accidentes, que fueron aumentando significativamente, hasta que el 8 de abril de 1929 queda definitivamente fuera de servicio y es vendida al Cuerpo de Bomberos de Rancagua.


http://www.firmelaquinta.cl/historia/ilustrado/quintino_n12_la_man.pdf