CUERPO DE BOMBEROS DE TEMUCO
VICENTE PETTERSEN RUIZ, 4a COMPAÑIA, +08/01/1916
El día 4 de enero, a las 0:20 hrs. la Campana del Cuartel repica incesantemente. Un voraz incendio ha estallado en la esquina de calles Balmaceda con Zenteno, en el inmueble de propiedad del vecino Ismael Mosqueira. Presurosos concurren todas las Compañías. El siniestro alcanza proporciones inesperadas. El voluntario de la 4ta., Vicente Pettersen Ruíz es uno de los primeros en ocupar su puesto. A la orden de su Capitán, cuatro voluntarios de la 1era. corren y traen una escala para iniciar el ataque por los techos del edificio en llamas. Pettersen corre en sentido contrario, va en busca de un pitón al carro de la 4ta. A causa de la oscuridad reinante se estrella contra la punta de la Escala. El impacto es violento, en pleno abdomen. Cae a tierra y pretende levantarse para cumplir la orden recibida. Sus esfuerzos son en vano.. Está gravemente herido.
Sus compañeros lo recogen y trasladan a la Clínica Bonadona, donde es atendido por los doctores Ladislao Labra y Mauricio Bonadona, quienes proceden de inmediato a efectuar una intervención quirúrgica. Rápidamente se percatan que la herida provocada por el golpe ha comprometido el abdomen y el estómago. Ambos médicos sólo atinan a suturar. Se espera un milagro.
Gracias a una titánica labor el siniestro es reducido a un radio relativamente pequeño. En un primer momento se temía que las llamas pudieran destruir gran parte de la manzana. Más tarde, la Justicia determinará que el incendio fue intencional, obra de terceros.
En el Directorio del 6 de enero, el Superintendente Ibacache da cuenta de la desgracia ocurrida al voluntario Pettersen. El Comandante Villarroel hace ver que dicha desgracia ha sido obra de la casualidad y no un descuido de parte de los voluntarios de la 1era., que le dieron el golpe.
Sin mayores preámbulos, se nombra una Comisión para instruir el sumario correspondiente y establecer la verdadera causa que ocasionó el accidente, quedando compuesta por el Comandante Villarroel, el Tesorero Kunz y el Secretario Fontecilla.
El milagro no se produce. Tras 4 días de agonía, siendo las 7:10 hrs. del 8 de enero de 1916, el joven voluntario da su poster suspiro, en medio de la congoja de sus padres, Pedro Pettersen Aravena y Matilde Ruiz Alcázar, y sus dos hermanas, María Cristina y María Matilde, junto a quienes había llegado a vivir al barrio de Padre Las Casas, procedente de Concepción, donde había nacido en 1890.
Una sombra de luto cubre por primera vez la trayectoria de la Institución. Ha muerto su primer mártir: Vicente Pettersen Ruiz. Los estandartes enlutados reciben sus restos a las 21:30 hrs. en la Capilla ardiente erigida en el Cuartel General, mientras la Campana del CBT, lanza sus lúgubres tañidos.
Minutos antes de las 10 hrs. del día 10, se pone en movimiento el cortejo encabezado por la Banda del regimiento "Tucapel". El Intendente de Cautín, Roberto Meecks, el padre del joven Pettersen, el Directorio General y sus camaradas, acompañan el penoso andar hacia el Cementerio General. Al paso de los restos por las calles de Temuco, la ciudadanía rinde un grandioso homenaje en testimonio de su pesar al mártir del deber.
Antes de inhumarse los restos, en el Mausoleo institucional, hablan el Intendente de Cautín y los oficiales Nicanor Villarroel y Manuel Ríos en nombre de la 4ta. En representación del CBT, el Superintendente Ibacache.
ARTURO BARNERT ITHAL, 3a COMPAÑIA, +23/09/1948
Un 23 de septiembre de 1948, se declaró un incendio en el centro de la ciudad de Temuco, el que tras un par de horas, es controlado y finalmente extinguido. Pero un rebrote del fuego obligaría a volver a la 1° y 2° compañias.
Aunque pertenecía a los registros de la 3° compañía “Germania”, en su rol de Inspector Técnico, el voluntario Arturo Barnert acude al nuevo siniestro. Pero a pocas cuadras del lugar amagado sufre un violento infarto, accidente que termina por costarle la vida minutos después.
El voluntario Barneth, de 52 años de edad, había ingresado al Cuerpo de Bomberos el 28 de noviembre de 1940, y su muerte lo convirtió en el segundo mártir de la institución.
SOCRATES LEIVA CABEZAS, 2a COMPAÑIA, +07/03/1949
GUSTAVO TOLEDO FUENTES, 1a COMPAÑIA, +11/01/1957
El joven voluntario Gustavo Toledo Fuentes (Q.E.P.D), un 11 de enero de 1957 acude al llamado de la sirena del Cuartel General, que sindica como lugar amagado a la Ferretería de Frindt y Compañía, la cual arde por los cuatro costados. En el abnegado combate de las llamas todos los voluntarios ponían sus mejores esfuerzos en el intento por extinguir las llamas que amenazan las casas aledañas. De pronto un grito ordena abandonar el frontis de la ferretería, ya que la muralla estaba próxima a caer. Sin embargo, el espíritu de lucha del voluntario Toledo lo encomienda a seguir en el combate, pero pronto el pronóstico se cumple y la pared cede. El estrepitoso derrumbe deja bajo los escombros a tres voluntarios entre los cuales se encontraba gravemente herido Gustavo Toledo, su casaca ensangrentada no presagiaba un buen desenlace. Rápidamente sus camaradas lo trasladan al Hospital Regional donde ingresa ya moribundo. Tras incesantes esfuerzos por salvarle la vida fallece, dejando desazón en las filas de la Primera Compañía. A los 24 años de edad este eximio voluntario se convierte en el cuarto mártir del Cuerpo de Bomberos de Temuco, y sin haberlo deseado su nombre se une a la lista de valerosos bomberos que han dejado su vida en post del servicio. El ímpetu del voluntario Toledo es reconocido por los bomberos temuquenses, su traslado al camposanto se realiza en el carrobomba seguido por una vasta formación. Desde ese trágico día la memoria del voluntario Gustavo Toledo quedó grabada en todas las generaciones de la Primera Compañía, como una luz permanente del abnegado servicio que los bomberos de Chile entregan desinteresadamente a la comunidad.
LUIS GUERRERO RODRIGUEZ, 1a COMPAÑIA, +03/12/1966
Luis Guerrero Rodríguez (Q.E.P.D), uno de los capitanes más nóveles de los Cuerpos de Bomberos de Chile, en la plenitud de su vida, a los 21 años, cae en acto de servicio un 3 de diciembre de 1966. En ese trágico día su abnegado concepto del deber lo lleva hasta el Regimiento "Tucapel", donde se precisaba arreglar la driza del mástil de ese destacamento. Para esta labor el joven capitán sube por escala telescópica manual, como muchas veces ya lo había hecho, sin embargo, su casco metálico se ve alcanzado por cables energizados, lo cual le provoca un fuerte golpe eléctrico que lo abate al suelo desde esa considerable altura.
Ante la premura de sus camaradas es llevado al Hospital Regional, donde es constatado su deceso. La partida de este valioso voluntario llena de congoja y pesadumbre al Cuerpo de Bomberos de Temuco, pero en especial a la Primera Compañía quienes no logran comprender por qué el destino los golpea tan fuertemente entregándoles al quinto mártir del Cuerpo. Sus funerales fueron demostración de que Bomberos ha sido siempre una gran familia. Más de cuatro cuadras de formación acompañaron silenciosamente el cortejo fúnebre y fueron imagen exacta de la estima y valoración que se tenía por este voluntario.
El capitán Guerrero era estudiante de la Universidad Técnica del Estado, un hijo ejemplar y un bombero de excepción, muestra de ello fue que la Compañía, no obstante su corta edad, le había entregado la autoridad máxima de la Unidad Bomberil frente a una emergencia. El capitán Guerrero tenía una marcada vocación de bombero y amor por el servicio comunitario, lo cual refuerza su gran valor como ser humano y llena de gloria su recuerdo, el cual está siempre presente en su querida Primera Compañía.
KARL REINARZ JOHST, 3a COMPAÑIA, +20/12/1974
Entrada la tarde del 20 de diciembre de 1974, un incendio se registró en las bodegas de una industria dedicada a la elaboración de mermeladas, ubicada en el sector de Pedro de Valdivia de la ciudad. Hasta el lugar concurrió la Tercera y Cuarta Compañías de Bomberos de Temuco, las que comenzaron el combate de las llamas. El voluntario Reinarz, presente en el lugar, era además propietario de la construcción amagada y mientras se encontraba colaborando en la extinción de las llamas, sufrió un infarto cardiaco que le provocó la muerte a los pocos minutos.
ALFONSO CASTRO RIVAS, 1a COMPAÑIA, +25/09/1977
Un 25 de septiembre de 1977 la sirena rompe el silencio de la madrugada Temuquense para llamar a los nobles combatientes del fuego. Sin embargo en esta ocasión el fuego hacía su desgraciada acción en la casa del voluntario Alfonso Castro Rivas (Q.E.P.D.). Nadie podría imaginar la tragedia que se desencadenaría en este incendio. Las llamas rápidamente abrazaron con sus manos de pulpo a la inmensa casa de madera siniestrada. En este tipo de circunstancias la labor profesional se ve influenciada por el cariño íntimo y no se escatiman esfuerzos ni amenazas en el intento de salvar a la propia familia. Alfonso Castro una vez que rescata a su esposa y dos de sus hijos vuelve a ingresar a la casa, que ya ardía por sus cuatro costados, para rescatar a sus dos hijos que aún se encontraban dentro, sin embargo, su acto de valentía fue abatido por las llamas en un pasillo interior de esta casa, donde cae finalmente. Con gritos, llanto y desesperación sus camaradas lamentan el deceso del voluntario Castro, lo que se dejó notar una vez que este valeroso hombre faltaba a la formación, no porque así lo quisiera, sino porque el destino se lo impedía.
El día 25 de septiembre de 1977, se enluta nuevamente Bomberos con el séptimo mártir. Sus funerales fueron una demostración de admiración, no sólo del Cuerpo de Bomberos de Temuco que lo acompañaron hasta su última morada en formación de 220 hombres y con delegaciones de 13 Cuerpos de la Región, sino también miles de personas de la comunidad temuquense, vieron en el voluntario Castro Rivas un acto de señero heroísmo. La Campana del cuartel general resuena en la despedida del voluntario Castro y de sus dos pequeños hijos, mismo resonar que siempre quedará en la memoria de los voluntarios de la Primera Compañía.
HÉCTOR LLANQUÍN BENITEZ, Brigada de Metrenco, +26/02/2015