Antología Poética Bomberil

CUERPO DE BOMBEROS DE MELIPILLA

ANTONIO EGUIA OLIVARES, 1a COMPAÑIA, +17/02/1964

Antonio Eguia Olivares, un hombre y un bombero ejemplar, así lo demuestra su intachable hoja de servicio. Nadie podía presagiar lo que ocurriría el 17 de febrero de 1964, cuando él, junto a varios primerinos concurrían a sofocar un incendio en el carro porta escalas de la Segunda Compañía.

Al llegar a las intersecciones de la Av. Vicuña Mackena y Hurtado, el corazón de este noble caballero del fuego dejo de latir, cayendo desde el carro en movimiento, dejando esparcidos los sueños que trajo desde España y tiñendo la carretera de rojo con su sangre, esa sangre noble del que ofrenda su vida por sus semejantes.

Paso así a ser el primer mártir de los bomberos melipillanos, el cual se recuerda todos los años con una romería al lugar de su fallecimiento, así como también, al mausoleo donde descansan sus restos; además de la realización de la tradicional competencia interna bomberil que lleva su nombre.

RAMIRO NUÑEZ ACUÑA, 1a COMPAÑIA, +29/12/2005

A las 12:36 hrs. del sábado 10 de Diciembre de 2005 se dio el llamado de incendio que comprometía a algunas viviendas en un incendio de pastizales en el Cerro Sombrero de Melipilla, concurriendo al siniestro las tres Compañías de la ciudad con una dotación de 70 voluntarios.

Cerca de las 15:00 horas el viento reinante hizo que la dirección del fuego cambiara su rumbo, dejando encerrados entre las llamas a Luis Paredes Santibáñez , de 17 años y quien lleva sólo 6 meses como bombero y a Ramiro Nuñez Acuña, de 48 años y quien vestía el uniforme hace 28.

En medio de la consternación, los voluntarios lograron socorrer a sus compañeros heridos, siendo trasladados al hospital local donde fueron atendidos por facultativos de turno y luego, debido a la gravedad de sus lesiones, derivarlos al Hospital del Trabajador de Santiago en dos helicópteros de la Prefectura Aéreo Policial de Carabineros.

Según el informe médico Luis Paredes presentaba un 25 por ciento de su cuerpo con quemaduras, en tanto Ramiro Núñez resultó con un 80 por ciento de su cuerpo quemado.

Tras lenta y triste agonía, y a pesar de los esfuerzos demandados en el Hospital del Trabajador, Ramiro Nuñez Acuña fallece el 29 de diciembre llenando de congoja a toda la institución bomberil.