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CUERPO DE BOMBEROS DE ANTOFAGASTA


CAYETANO MARLETTI, 2a COMPAÑIA, +02/12/1889

El primer mártir del Cuerpo de Bomberos de Antofagasta fue Cayetano Marletti, de origen italiano, había llegado a esta ciudad a forjarse un porvenir mediante su trabajo honesto y esforzado, dedicándose al comercio de abarrotes.
 
La nobleza de sus sentimientos lo llevo a buscar un sitio en la Segunda Compañía “Salvadores y Guardia de Propiedad”, donde prestaba su generoso concurso.
 
En el incendio ocurrido el 2 de Octubre de 1889 en la calle Colón, hoy José Manuel Balmaceda, arrastraba junto con los demás voluntarios, el pesado carro porta escalas de acero y madera, cuando tuvo una caída.  El carro le pasó por encima del pecho ocasionándole además numerosas contusiones en la cara y en las manos.
 
Después de dos meses de terribles sufrimientos, que soportó con singular entereza y valentía, fallecía Cayetano Marletti.
 
La conducta de abnegación y sacrificio que mantuvo durante su enfermedad fue un vivido ejemplo para la juventud de aquella época y, en especial, para los Voluntarios de su compañía y de todo el cuerpo.
 
Por una coincidencia irónica del destino fue el mismo Marletti, quien insinuó la construcción del carro que le produjera la muerte; el cual fue bautizado después con su nombre en homenaje a su sacrificio.
 
Muchos años más tarde el referido carro fue vendido al Cuerpo de Bomberos de Tocopilla.
 
Hoy un gran cuadro de tallado marco contiene el retrato de Marletti que, en sitio de honor, destaca la Segunda Compañía para perpetuación de su heroico proceder como hombre y Bombero.
Sus cenizas yacen en el osario que existe en el subsuelo del mausoleo del cuerpo donde se depositaron los restos de todos aquellos Bomberos que no fueron reclamados por sus familias cuando se refaccionó la bóveda.


ABILIO VALDES DE LA FUENTE, 6a COMPAÑIA, +02/07/1936

ORLANDO VARAS LLAÑA, 6a COMPAÑIA, +02/07/1936

El 2 de julio de 1936, a las diez y media de la  mañana, la sirena anunció, con su llamado  angustioso, que se había producido un siniestro en el  cuarto sector,  perteneciente a las calles Ossa con Coquimbo, en el almacén del “Griego Politis”. Desde el Cuartel General se movilizó el carro escalas de la Segunda Compañía “Salvadores y Guardia de Propiedad”, tomando por calle Latorre hacia el lugar amagado.
 
De la Sexta Comisaría de Carabineros, ubicada en calle Baquedano, partía también con el mismo objetivo, un camión con su personal de tropa para resguardar el orden; el cual siguió por San Martín, subiendo Uribe.
 
Ambas máquinas en su afán de llegar pronto con sus efectivos corrían a gran velocidad y, desgraciadamente, vinieron a encontrarse en el cruce de las calles Uribe con Latorre.
 
En el carro de la Segunda Compañía, entre varios otros, venían los Voluntarios de la Sexta Compañía señores Abilio Valdés de la Fuente y Orlando Varas Llaña. Al producirse la colisión los ocupantes de los vehículos fueron lanzados violentamente en todas direcciones. Numerosos fueron los heridos; pero entre ellos, tres eran los más graves. A los Voluntarios mencionados de la Sexta, había que agregar al Bombero de la Cuarta Compañía, señor Claudio Lynch.
 
Veinte minutos después del toque de alarma, al que había concurrido para cumplir se deber y ser útil, fallecía en medio del dolor de sus familiares y compañeros de Bomba, el Sargento 2º de la Sexta Compañía, señor Orlando Varas Llaña. Dos horas más tarde, a pesar de todas las atenciones prestadas por los médicos, partía al infinito el Teniente 1º de esa misma Compañía, señor Abilio Valdés de la Fuente.
 
El Voluntario de la Cuarta Compañía, señor Claudio Lynch, se debatió entre la vida y la muerte durante dos semanas logrando imponerse, para salvarse, su juventud y extraordinaria vitalidad.
 
Ante la capilla ardiente que Voluntarios de todas las Compañías montaron guardia permanente, miles de personas, deseando rendir un póstumo tributo a estos fieles servidores, desfilaron ante sus ataúdes.  Sus funerales fueron grandiosos.  La ciudad entera les rindió su sentido homenaje al paso de sus jóvenes cuerpos inmolados en el cumplimiento del deber.
 
La Sexta Compañía en una noble aspiración de perpetuar sus nombres, en la piedra y en el bronce, les erigió, con la ayuda de las demás Compañías hermanas, un monolito en el sitio de su sacrificio, el que fue inaugurado solemnemente con una ceremonia fúnebre el 2 de Julio de 1946.
 
El monolito es de cemento teniendo en la parte superior en relieves de bronce, un casco de la Sexta Compañía; más abajo una plancha, que ocupa casi toda su extensión central, con una leyenda que dice:
 
“En homenaje a nuestros Mártires
 
Abilio Valdés de la Fuente
y
Orlando Varas Llaña,
 
Caídos trágicamente el 2 de julio de 1936.
 
En el 10º Aniversario de su muerte.
 
Sexta Compañía de Bomberos
y
Cuerpo General de Bomberos
 
Antofagasta, 2 de Julio de 1946"
 
Y finalmente un escudo con un número 6 que representa la placa rompe-filas que usan los Voluntarios;
que siendo igual para todos se diferencia solo en el número de cada Compañía.
 
 
NICOLAS SOLJAN STANBUCK, 3a COMPAÑIA, +28/06/1985

CARLOS OYARZUN CORTES, 1a COMPAÑIA, +03/07/1994
 
Cuando los preparativos para el Desfile en Honor al Centenario del Cuerpo de Bomberos de Tocopilla comenzaban el día 3 de Julio de 1994, la columna de marcha de todas las Compañías de ese Cuerpo de Bomberos más las delegaciones de todos los Cuerpos de la Segunda Región, tomaban posición para el paso ante las autoridades, sobrevino la tragedia para la Primera Compañía de Bomberos de Antofagasta.
 
El Voluntario Carlos Oyarzún, enviado en Comitiva de Servicio en representación del Cuerpo de Bomberos de Antofagasta, era víctima de un infarto cardíaco, en plena columna de marcha, por lo que fue rápidamente derivado a un centro asistencial, en donde desgraciadamente no se pudo hacer nada para salvar su vida.
 
Luego del Desfile, su cuerpo fue llevado al Cuartel General de Bomberos de Tocopilla, con los más altos honores que merece un Bombero Mártir. Luego del  velatorio efectuado en ese lugar, el nuevo Mártir fue trasladado a la ciudad de Antofagasta, en donde se realizaron todas las ceremonias protocolares para luego despedir sus restos en el Cementerio General de Antofagasta.

 
MANUEL OLIVERA JORQUERA, 1ª Compañía, + 08/03/2007
  
                        “Escuchó la sirena y recordó el juramento que hizo hace 49 años, se puso su equipo y se fue a combatir a su enemigo… él no sabía que ese día iba a ser su último combate… él no sabía que ese día iba a ser llamado a formar las filas del Cuartel Celestial…”
 
El 8 de Marzo de 2007, a las 16:55 hrs. muere a consecuencia de accidente en Acto de Servicio el Sr. Manuel A. Olivera Jorquera
 
Este hombre que era de imponentes cabellos canos y mirada fija, nace en Antofagasta un 10 de Enero de 1937, el 03 de Julio del año 1957 y con sólo 20 años de edad, ingresa a formar las filas del Cuerpo de Bomberos de Antofagasta y de la Primera Compañía de Bomberos “Bomba Antofagasta”.
 
Conocidos por sus camaradas como el “care guapo” por su carácter tan particular.  Estuvo ligado a la Institución por 49 años y 7 meses, jamás se retiró de su querida pasión y estuvo en ella hasta el día de su muerte. 
 
De corazón noble como ninguno, pero sin duda de una gallardía que sólo él tenía, a sus 70 años era normal verlo rescatando a personas en accidentes o pitoneando en incendios como sólo a él estos 49 años le enseñaron.
 
En sus años bomberiles ocupó los cargos de Ayudante de Cía., Teniente, Tesorero, Capitán Honorario y Director, elegido para el periodo 2007 nuevamente con el cargo de Director, ansiosamente esperaba este nuevo año, para cumplir con muchas metas y proyectos que se había propuesto para su Compañía,  fueron muchos los buenos momentos que le dio su bomba uno de ellos fue conocer a su mujer, también Bombera, la que lo acompañaría hasta el día de su muerte.
 
Fue entonces que hace 4 años atrás nació de esta unión Laurita, que sin duda fue el gran amor de su vida, amor que demostraba por su hija cada vez que se les veía juntos y amor que demostró, estando en coma,  cuando se le puso en su oído una grabación de ella, en donde le decía “papito vuelve pronto que te extraño”, fue entonces que desde su lecho de muerte, brotaba una lagrima de dolor desde sus ojos dormidos.
 
Con gran anhelo esperaba el 30 de junio, Día del Bombero Voluntario, donde se le entregaría su esperada y merecida medalla por 50 años al servicio bomberil y pasaría a ser Voluntario Insigne de los Cuerpos de Bomberos de Chile, anhelo que fue truncado el 31 de enero de este mismo año.
 
Siendo las 15:26 p.m. del día Miércoles 31 de Enero del año en curso,  don Manuel se encontraba en su casa junto a su mujer, cuando escucha el llamado de la sirena, sin pensarlo dos veces se levanta raudo y comienza a ponerse su equipo, se da cuenta de que el incendio que amenazaba se encontraba cerca de su casa.  Junto a su mujer emprende el viaje, viaje que nunca lo traería de vuelta.
 
Presuroso para cumplir con su juramento,  llega al incendio y comienza la batalla, mientras trabajaba dentro de la vivienda con sus camaradas para ganarle al enemigo, sale en busca de unas herramientas, sin darse cuenta que afuera había caído un cable de alta tensión producto del fuego, cable que  amenazaba a cualquiera que se interpusiera en su camino, lamentablemente para don Manuel el cable lo alcanzó a él, tirándolo inmediatamente al suelo.
 
Aturdidos por lo que estaba pasando, sus compañeros corrieron a ayudarlo, pero fue imposible, este cable extinguía lentamente la vida de este longevo Voluntario.
 
Inmediatamente se solicito la ambulancia del Servicio de Atención Médica de Urgencia (Samu), fue reanimado y trasladado con una escolta policial hasta el Hospital Regional, lugar donde permaneció internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (U.C.I), hasta el día de su muerte.
 
A partir del accidente comenzó su penosa lucha por sobrevivir,  lucha que también comenzaron sus familiares, amigos, camaradas y toda la Institución bomberil, ellos estuvieron en una vigilia, la que tuvo lugar a fuera de Hospital los 37 días de agonía.
 
El no quería irse, él tenía mucho que entregar todavía, a pesar de la amputación de sus dos piernas, lo que nunca supo ya que se encontraba en coma, lucho día a día por ganarle a la muerte, pero su destino ya estaba escrito… él estaba destinado a ser el nuevo Mártir del Cuerpo de Bomberos de Antofagasta y ser recordado para siempre como el hombre que luchó día a día como un verdadero guerrero acudiendo a 3.277 llamados de la sirena, ese hombre que un día juro DAR LA VIDA SI FUERA NECESARIO.
 
El Jueves 8 de Marzo a las 16:55 hrs., tras 37 días de agonía terminaban los esfuerzos de los médicos por salvarle la vida al Voluntario de primera Compañía y del Cuerpo de Bomberos de Antofagasta, Manuel Olivera muere al sobrevenirle un paro cardio-respiratorio que acabaría que lo existencia de este hombre ejemplar y valeroso.
 
De una larga trayectoria bomberil, es así como don Manuel Olivera Jorquera se convierte en un nuevo Mártir del Cuerpo de Bomberos de Antofagasta.
 
 
Los Premios y Años de Servicio
 
En sus años como Voluntario del Cuerpo de Bomberos don Manuel recibió premios por:
 
6 años             :   1963                       30 años          :   1987
10 años          :   1967                       34 años          :   1991
14 años          :   1971                       38 años          :   1995
18 años          :   1975                       42 años          :   1999
22 años          :   1979                       46 años          :   2003
26 años          :   1983                       50 años          :   2007
                                                            (Le faltaron sólo 5 meses para obtenerlo)