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Estampillas
“BOMBEROS DE CHILE”
Mención Honrosa del Segundo Nivel
Autor: Catalina Salinas Gómez
Edad: 12 años.
Colegio: Liceo Nuestra Señora de las Mercedes
Curso: Séptimo Año A Educación Básica
Comuna: Puente Alto
Región: Metropolitana.
* * *
Hola, soy Fernando Vargas, tengo siete años, soy inválido y de bajos recursos. Yo
tengo un sueño y ese sueño es ser un Bombero, una vez unos bomberos fueron a mi casa,
pero no en muy buenos tiempos, porque mi casa se estaba quemando. Yo, como estaba tan
desesperado y no sabía qué hacer, me encerré en mi pieza pensando que nada me pasaría,
pero cuando vi que todo estaba en llamas, pensé que me moría quemado, a mi mamá ya la
habían sacado antes.

Yo, como no podía valerme por mí mismo para escapar, sintiendo ya el calor y el
humo que estaba empezando a ponerse cada vez más denso, comenzó a apoderarse de mi
un gran nerviosismo, entre todo el barullo que estaba aconteciendo en la casa. Entre gritos y
auxilio y llanto por parte de mi familia que constaba de cinco personas. Mi papá, mi mamá
y mis dos hermanos, los que gritaban con desesperación para que les ayudaran a escapar de
entre las lamas y el humo. Entonces, recordé que mi papá que se encontraba en el trabajo en
esos momentos y que siempre nos decía que manteniendo la calma las cosas se harían más
sencillas.

Pero, para como estaban las cosas, no había tiempo para ponerse a pensar, ya que
todo estaba cubriéndose cada vez más de humo muy denso que era cada vez más difícil
respirar, comencé a sentir que todo lo que estaba pasando se hacía más lento. No me
imaginaba que en esos momentos estaba perdiendo el conocimiento. Era una sensación rara
como nunca había sentido antes, trataba de resistir pero era cada vez más calor y el humo,
que terminé por perder el sentido.

De pronto, comencé a ver la luz, era molesta porque costaba abrir los ojos, no tenía
miedo, porque sabía que mamá estaba conmigo, sentía su suave mano que acariciaba mi
cabeza. Cuando por fin pude abrir los ojos, ¡ah! estaban mi papá y mi mamá. Fue tanta mi
alegría, que sentí unas ganas locas de saltar de la cama. Como no podía hacerlo, les di un
abrazo que duró unos minutos. Fue una alegría tan grande que lloraba y daba gracias a
Dios.

De pronto, con un poco de miedo, me acordé de mis hermanos y pregunté por ellos.
Papá me contestó también con lagrimas en los ojos, ellos están bien en la casa de tu abuela.
Eso me daba aún más alegría, de pronto quise saber cómo había llegado ahí. Mi papá me
dijo: “un bombero te sacó de la casa, te rescató de las llamas, él te salvó la vida”. Fue
entonces cuando le dije a papá: “cuando salga de aquí, llévame a conocerlo, quiero darle las
gracias por salvarnos a todos nosotros”. “Tranquilo”, dijo papá, “ya lo conocerás”. En ese
momento apareció un hombre alto y delgado con un delantal blanco.
“Hola”, me dijo, “cómo está mi valiente”. Me extrañó la forma cómo me trató
porque nunca lo había visto antes. Fue ahí cuando mi papá me dijo: “él es el que te salvó la
vida, el doctor es el bombero que te rescató del incendio”. Ante esta sorpresa, me alegré
tanto que quería llorar.

Le di un gran abrazo y le dije: “cuando sea grande, yo seré bombero para salvar
vidas.” El doctor y bombero pasó a ser mi héroe, yo quería ser como él, para mí él era un
ejemplo.

Cuando salí del hospital, nos fuimos donde mi abuela. A los días, volví al hospital,
me dolía la espalda, el doctor era nuevamente mi héroe, él me comentó que tenía que
operarme de urgencia.

Me dio un poco de miedo, pero después dije: “si ya me salvó, lo hará de nuevo”.
Cuando caí en la anestesia, comenzó un sueño maravilloso, estaba con el bombero héroe
apagando un incendio en el cual trabajábamos codo a codo, estaba tan contento que no
quería despertar, era el mejor sueño que podía tener, pues me sentía como bombero de
verdad, pero de pronto terminó, volví a la realidad, al despertar pensé que todo era igual.
Pasaron tres largos días en el hospital, pero estaba contento, mi héroe pasaba casi todo el
día conmigo, grande fue la sorpresa cuando sentí que las piernas se empezaron a mover,
llamé a mi amigo el doctor y bombero, le dije que mis piernas se movieron, muy bien dijo,
la operación dio resultado, ahora serás bombero yo te enseñaré. A las diez salí del hospital,
casi caminado y acompañado por mi amigo el bombero, que me tenía otra sorpresa: una
casa nueva, de ella salieron ellos, toda mi familia, era tanta la alegría que sentía que parecía
un sueño, ahora todos somos felices. Paso todos los días por el cuartel de bomberos para
ver a mi héroe que se llama Patricio Salinas.