espíritu de sacrificio seguirá presente entre nosotros y nos guiará en los momentos cuando
el cuerpo, ya rendido por el cansancio de una agotadora jornada, nos haga pensar en
abandonar la tarea.
Sábado 4 de mayo
¡Hola!, aquí estoy de nuevo refugiado en el cuartel y recuperándome de la muerte
de mi amigo. Me encuentro contento, ya que los ciudadanos nos han ayudado mucho a
recuperar las cosas perdidas en el incendio y así poder regresar a nuestra casa.
Jueves 9 de mayo
Diario, te cuento me hice amigo de Alberto, un voluntario del cuartel. Es muy
amable y cariñoso, cada vez que tengo problemas él me ayuda y me da fuerzas para seguir
adelante en esta hermosa misión de servicio y amor que, como bomberos, realizamos sin
pedir nada a cambio, sólo nos queda la satisfacción de haber servido a la comunidad
salvando vidas y rescatando bienes.
Lunes 13 de mayo
Hoy se nos entregó un diploma en el cuartel, por todos nuestros servicio, sonó el
teléfono... Otro incendio. Este era frente al cuartel. Nos costó mucho apagarlos, ya que no
había ningún grifo cerca, pero así la gente se dio cuenta de nuestra labor como bomberos.
Terminamos el día con una hermosa cercanía y una gran satisfacción, ya que otro
ciudadano está tranquilo gracias a la labor de bomberos.
Sábado 14 de junio
Voy a entrar a la universidad y tendré que dejar mi oficio de bombero, por mis
estudios, pero siempre iré a visitar a mis compañeros de cuartel de Antuco. Siento una pena
enorme por alejarme de mis amigos y la vida de compañerismo y solidaridad que
respirábamos en las cuatro paredes del cuartel, siempre dispuestos a ayudar al que tenga la
necesidad de nuestros servicio, sin mirar su condición.
Lunes 16 de junio
Hoy entré a estudiar. Estaba en el casino cuando tocó la sirena. Era un incendio en
la Universidad. Llegaron bomberos de muchas comunas, entre ellos los bomberos de mi
Compañía que traían un traje extra. Les dije: ¿les puedo ayudar?... Ellos me respondieron
afirmativamente, diciéndome que siempre iba a pertenecer al Cuerpo de Bomberos, y así
apagamos todos juntos el incendio, recordando esos años de amistad y sacrificio.
Finalmente, vuelve la calma y en la tranquilidad de la noche pienso en lo dicho por
mis compañeros... Cada vez me convenzo más de que toda la vida seguiré siendo un
Voluntario, no importa el lugar, ni la distancia. Al sentir el ulular de las sirenas, estar listo
para una nueva jornada de servicio.