Antología Poética Bomberil

BOMBERO DE POR VIDA

MENCIÓN HONROSA- II NIVEL

Rogelio Muñoz Muñoz

13 años

8º Básico, Colegio Guardiamarina Guillermo Zañartu Irigoyen, Ñuñoa

“V Concurso Nacional Escolar de Pintura y Cuentos, Bomberos de Chile". 2002

No entiendo el porqué de esta situación, sin embargo, en cualquier momento deberé estar presente con mi deber. Ser el Capitán de una escuadrilla es un honor, pero, más allá de capitán soy persona y puedo asegurar que tengo miedo, mucho miedo. En los dos últimos incendios perdí compañeros: (siendo preciso) dos lesionados y un muerto. Lo reconozco, para mí no ha sido del todo fácil ser el jefe de bomberos, esperar la llamada de alerta, día a día tratar de mantener nuestras familias sin remuneración sólo con lo que alguna escasa colecta nos dio el pueblo. Sin embargo, pese a esto no hay forma de dejar una labor tan riesgosa, pero hermosa a la vez.

A veces pienso ¿por qué no vivir como cualquier lugareño?, esta responsabilidad que además nadie me entregó, pero no importa, ¡adoro ser bombero!

Estoy de turno, es de noche, me ha tocado cuidar estas dos últimas semanas. El miedo no se pasa, y cada vez se incrusta más en mi cuerpo. Desearía poder retroceder en el tiempo y borrar estos hechos que, si bien no afectan propiamente tal a la Compañía, afectan a su Capitán, y como dice el refrán: "donde manda Capitán no manda marinero", entonces si soy el mayor debo dar el ejemplo, pero... ¡Rin!, ¡Rin!, ¡Rin!, me dirijo el teléfono y "Cuartel General de bomberos, ¿en qué puedo ayudarte?

" - Mi casa, ¡se quema mi casa! Soy una anciana.

- Señora...

- Ayúdeme, por favor, necesito ayuda.

- ¿Dónde vive?

- ¡Me quemo!, vivo en, vivo en Froilán #365

- De inmediato iremos.

- Ayúdeme, ¡Por favor!...- se cortó la comunicación.

Muchachos, hay una emergencia.- ¿dónde? - exclamó Reyes-. No importa, yo me encargo.

Momentáneamente necesité olvidar los problemas, un Capitán debe representar la gallardía.

Obviamente, al sentarme en la cabina, los nervios que sentía no me dejaban concentrarme, sin embargo, había que partir. De cualquier forma, llegamos...

Llevábamos una media hora combatiendo el siniestro. Cuando el fuego empezó a aumentar, envié a Sánchez a que buscara un grifo.

Contreras se quebró una pierna, mis preocupaciones no paran, cuatro afectados en tres incendios en fuera de lo común. Si esto siguiera ocurriendo, ¿qué ocurriría con la Primera Compañía de San Froilán?

A la mañana siguiente, debía regresar a casa, mi turno había finalizado.

- El inspector - se escucha mencionar,- háganlo pasar - les ordené...

- Ramírez.

- Lo llaman, Capitán-

- De inmediato iré.

- Me han encargado que le informe, que Ud. se ha ganado unas merecidas vacaciones

- Es que...

- Nada de qué, no se haga de rogar, quiere.

- De acuerdo. Tengo un nuevo pretexto para sentirme nervioso, quizá me destituyan por las graves lesiones de mis compañeros.

Han transcurrido alrededor de tres horas, me encuentro en casa, no puedo evitar pensar en mi posible destitución. Mi esposa me aconseja que me olvide del tema.

El tiempo se me hace largo, (me encuentro en otro pueblo) le he dicho a mi esposa que iría a comprar a un pueblo aledaño; pero la engañé, simplemente me fui a ver como seguía la Compañía.

Cuando llegué, platicamos con Figueroa.

- Capitán - me dijo, asombrado.

- Vengo a verlos, la verdad me siento aburrido, allá en casa.

- Tenga, esto es para usted-. Me entregó una carta.

- Léala

La tomé y me senté. Decía lo siguiente:

"Señor Ramírez: Es una pena tener que informar de su baja, debido a los graves accidentes ocurridos anteriormente".

Terminé de leerla y lo único que atiné a hacer fue, correr despavoridamente por el pueblo, entonces entendí que lo que uno hace con dedicación, alguna misión, es mucho más difícil poder sobreponerse ante ésta.